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Desviralizar

Ya no se puede tener una conversación con nadie, porque ya todos los memes fueron vistos, los chistes fueron hechos y las risas ya fueron causadas, los videos virales ya fueron reproducidos y las opiniones rancias ya fueron oportunamente repudiadas.

Esto está muy bien y es muy útil para salir de silencios incómodos y situaciones en las que uno está obligado a compartir tiempo con gente que no elegiría, v. g.  en el trabajo. Pero cuando la lógica de la viralidad infesta el conjunto de relaciones sociales todo se vuelve una cámara de resonancia detestable en dónde todo el mundo habla de lo mismo y parece no haber lugar para lo nuevo excepto mediante la acción de deslizar hacia arriba. Ahí aparece lo nuevo, que para cuando sea compartido con otra persona ya será viejo porque esta persona también ya lo vio.

Es importante destacar cómo, en este sentido, la lógica de lo viral se opone casi punto a punto a la práctica social de la anécdota. Ambas son formas de reproducción de sentido y de las experiencias que se consideran significativas socialmente como para ser meritorias de salir del ámbito privado y socializarse, compartirse. Pero esta definición tan general es lo único que tienen en común. Por lo demás:

  • Mientras lo viral está hecho para replicarse exponencialmente y su medida es cuantitativa, la anécdota se cualifica, puede ser buena o mala, aburrida, divertida, increíble o puede incluso ser verdad o mentira, pero no se la mide según cuánta gente la conoce, comparte, disfruta o sufre, sino que es producto de cada cualificación particular. De lo viral también se pueden decir todas estas valoraciones, lo viral también se nutre de la vida, pero lo que lo hace viral no es nada de eso, sino precisamente su índice de viralidad. Algo puede ser viral y absolutamente detestable o repudiable, cosas que incluso pueden coadyuvar en su viralidad. Esto es literalmente imposible para la anécdota.
  • Lo viral es anónimo o al menos tiende al anonimato. Incluso aunque todo contenido viral haya surgido de "alguien", su viralidad reside en no tener sujeto, en ser un mecanismo de replicación que deviene autónomo. Esto es por principio opuesto a la anécdota, porque toda anécdota es la anécdota de alguien, su origen y su estructura es una subjetividad y por eso predomina la forma gramatical de la primera persona. En su forma original, la anécdota es intransferible. Lo viral "te llega", y quien "lo manda" es solamente un vehículo de un contenido que se ha independizado. Lo viral no sólo es anónimo desde el punto de vista del emisor sino también del mensaje, porque no está dirigido a nadie en particular, está hecho para que le llegue "a todo el mundo". La anécdota, en cambio, sólo es compartida en ciertos contextos y con ciertas personas.
  • De lo anterior también se desprenden otras características formales pero que hacen también al contenido. Lo viral tiene como soporte distintos objetos (videos, imágenes y otras formas objetivadas de la comunicación social mediada por la tecnología como los tweets), mientras que la forma original de la anécdota es la oralidad del protagonista, es decir, la propia subjetividad hablante. Una anécdota se puede "objetivar", uno la puede filmar, grabar o transcribir y luego compartir, e incluso, "viralizar", pero en tanto "anécdota objetivada" es una unidad contradictoria entre el contenido 'vivo' pero cristalizado de la anécdota con su forma petrificada de replicación. Algo similar ocurre con la intransferibilidad de la anécdota de la que hablábamos en el punto anterior: uno puede contar la anécdota de otro, pero aquí es la forma anécdota lo que se simula, lo que se cuenta es propiamente una pseudo anécdota.
  • Tanto desde su contenido como desde sus efectos, lo viral pertenece a lo inmediato, a lo que está pasando y de lo que se está hablando ahora, y dejará su lugar para el próximo contenido viral en unas horas, en el mejor de los casos en unos días. En general, su contenido se agota por completo en el primer consumo. Así es que lo viral asciende rápidamente hasta lograr la inmunidad de rebaño (un meme que ya todos vieron, un video con el que ya todos rieron) y luego es reemplazado rápidamente por el contenido siguiente. La anécdota, por el contrario, siempre se vuelve a contar, en cada próxima reunión, en cada próximo asado con amigos o cena familiar, las anécdotas vuelven a contarse porque su reproducción, al estar inherentemente unidas a una subjetividad hablante, es una revivificación, y no una réplica. Pero así como el emisor revive lo vivido en la anécdota en el acto de contarla, también para los receptores, que tampoco son anónimos sino que tienen una relación con esa vida que se cuenta, de la anécdota revivida extraen siempre un contenido original, los hechos son resignificados o reinterpretados, y así es que lo gracioso vuelve a ser gracioso cada vez, incluso aunque se lo haya escuchado ya mil veces.
  • Todos estos aspectos se desprenden de las diferentes naturalezas de uno y otro fenómeno: mientras que lo viral es una lógica, es decir, un mecanismo autónomo cuya fuerza se aplica como una ley objetiva y donde los contenidos están subsumidos a la forma abstracta de la viralidad, mientras que la anécdota es una práctica, es decir, una dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo en un terreno siempre concreto.
De estas características se desprenden algunas conclusiones más generales:
  • La dominancia de lo viral en la interacción social conduce a formas de relacionarse cada vez más impersonales, de la misma manera que en el mercado capitalista los poseedores de dinero y mercancías se encuentran sólo en cuanto poseedores de dinero y mercancías, por lo demás manteniéndose totalmente anónimos uno del otro.
  • Las formas cada vez más impersonales de relación social tiene efectos políticos evidentes, relacionados con el individualismo y la atomización social.
  • La algoritmización de la relación social es un avance de la lógica de mercado capitalista por sobre las relaciones sociales y personales. No son sólo las relaciones sociales capitalistas las que "mercantilizan" cada vez más aspectos de la vida social sino que ahora esas mismas relaciones son susceptibles de "mercantilizarse" en la medida en que se despersonalizan y adoptan formas cuantificables.
  • Lo viral tiene la misma forma dual de la mercancía: su contenido es análogo al valor de uso y su índice de viralidad es su valor de cambio.
  • Recientemente, con las actualizaciones de algunas redes sociales como X donde la plataforma te paga por generar interacciones, lo viral se vuelve literalmente mercancía, gracias a tener su misma forma. De la misma manera que la expansión del capitalismo arrasó con todas las viejas formas feudales de producción e intercambio, la expansión de la lógica de la viralización aplasta todo otro contenido que no esté hecho para ser viralizado, desapareciendo de los feeds y empujándolos a la marginalidad.

En consecuencia, no hay forma definitiva para contrarrestar la mercantilización de la interacción social que derrotando al propio capitalismo, pero mientras tanto pueden tomarse algunas medidas paliativas, como por ejemplo:

  • Hay que tener personas que tengan anécdotas para escuchar y sobre todo hay que tener uno mismo anécdotas para contar. Lo que implica que
  • Hay que vivir. Donde florece y se desarrolla la inabarcabilidad de la vida se le pone límites al imperio del capital. Y viceversa.

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